Patrimonio Histórico de la humanidad de Colombia
El Patrimonio Cultural contiene la memoria de los pueblos, es la esencia misma de la nación y el Estado debe proteger el acceso al mismo, mediante la debida protección, preservación y de ser el caso restitución.
En Colombia, todavía queda un amplio camino por recorrer
para que exista conciencia de la relevancia para la construcción colectiva de
nuestra nación y para lograr una verdadera identidad propia; la Constitución de
1991 trajo un cambio profundo en la estructura del Estado colombiano e
incorporó un sinnúmero de figuras que, hasta la fecha, más de 30 años después,
todavía siguen categorizándose y ampliándose más allá de la visión de quiénes
las propusieron hace alrededor de tres décadas.
Ahora se mencionarán algunos patrimonios y se dará una información sobre ellos:
Puerto, fortalezas y conjunto monumental de Cartagena
Resguardado en una
bahía del mar Caribe, el puerto de Cartagena posee el conjunto de
fortificaciones más completo de toda Sudamérica. Un sistema de zonificación
divide la ciudad en tres barrios diferenciados: el de San Pedro, con la
catedral y numerosos palacios de estilo andaluz; el de San Diego, antiguo lugar
de residencia de los mercaderes y la pequeña burguesía; y la barriada popular
de Getsemaní.
Parque Nacional de los Katios
Situado en el noroeste de Colombia, el parque de los Katios
se extiende por unas 72.000 hectáreas y está formado por cerros bajos,
bosques y llanuras húmedas. Su diversidad biológica es excepcional y alberga
varias especies animales en peligro de extinción, así como numerosas plantas
endémicas.
Fundada en 1540, a orillas del río Magdalena, Mompox
desempeñó un importante papel en el establecimiento de la dominación española
en el norte de Sudamérica. Desde el siglo XVI hasta el XIX, la ciudad fue
creciendo paralelamente al río y su calle principal servía de dique de contención
del río. En su centro histórico se ha preservado la armonía e integridad del
paisaje urbano. La mayoría de los edificios siguen cumpliendo todavía su
función primigenia, ofreciendo así una imagen excepcional de lo que fue una
ciudad colonial española.
Parque arqueológico de San Agustín
En este parque se yergue, en medio de un paisaje natural impresionante, el mayor conjunto de monumentos religiosos y esculturas megalíticas de Sudamérica. Las representaciones de deidades y bestias mitológicas están ejecutadas con gran maestría en diferentes estilos, que van desde la abstracción al realismo. Estas obras de arte muestran la fuerza creadora e imaginativa de una cultura de la región andina septentrional que floreció entre los siglos I y VIII.
Parque Arqueológico Nacional de Tierradentro
Este parque agrupa estatuas monumentales prehispánicas de
personajes humanos y contiene numerosos hipogeos que datan de los siglos VI a
X. Estas vastas tumbas subterráneas de enormes dimensiones (algunas címbaras
mortuorias tienen 12 metros de anchura) están ornamentadas con motivos que
reproducen la decoración interior de las viviendas de ese periodo. Los
monumentos del parque atestiguan la complejidad social y la riqueza cultural de
una sociedad prehispánica de la región andina septentrional.
Santuario de fauna y flora de Malpelo
Este santuario de fauna y flora, que comprende la isla de
Malpelo (350 ha.) y la zona marítima circundante (857.150 ha), se halla a 506
km del litoral colombiano. Su vasto parque marino, que es la zona de pesca
prohibida más extensa de toda la zona tropical del Pacífico Oriental,
constituye un hábitat de importancia vital para toda una serie de especies
marinas en peligro de extinción a nivel mundial. Asimismo, es una importante
fuente de nutrientes y, por lo tanto, una zona de gran acumulación de
biodiversidad marina. La isla de Malpelo es, en particular, un santuario para
meros gigantes, peces voladores y especies raras de tiburones. Su costa está
considerada como uno de los más extraordinarios sitios del mundo para el buceo,
debido a la excepcional belleza de sus abruptos acantilados y grutas. Además,
sus aguas profundas sirven de refugio a un número considerable de especies pelágicas
y grandes depredadores marinos, cuyo comportamiento natural permanece
inalterado en este medio ambiente protegido.
El Paisaje cultural del café de Colombia
Es un ejemplo excepcional de paisaje cultural sustentable y productivo único que representa una tradición que representa un símbolo poderoso tanto a nivel nacional como para otras zonas cafetaleras del mundo. Incluye seis paisajes cafetaleros y dieciocho centros urbanos de las cadenas occidental y central de la Cordillera de los Andes, al oeste de Colombia. Estos paisajes son reflejo de una tradición centenaria consistente en cultivar en pequeñas parcelas de bosque alto y del modo en que los cafetaleros adaptaron el cultivo a las condiciones difíciles de la alta montaña. Las zonas urbanizadas, en su mayoría situadas en las cumbres de las colinas, se caracterizan por una arquitectura creada por los colonos procedentes de la región de Antioquia, de influencia española. Como materiales de construcción se utilizaron materiales tradicionales, tales como tapia, bahareque (cañas trenzadas) para los muros y tejas de arcilla para los tejados. Algunos de estos materiales persisten todavía en algunas zonas.
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